Durante los próximos meses, nuestro planeta tendrá un acompañante temporal que algunos llaman «miniluna». Se trata del asteroide 2024 PT5, un cuerpo celeste que fue detectado por primera vez el 7 de agosto y que, según los astrónomos, estará en nuestra órbita entre el 29 de septiembre y el 25 de noviembre de 2024. A pesar de que la denominación de «miniluna» puede sonar impresionante, algunos expertos advierten que no es el término más adecuado para describir su comportamiento.
¿Es 2024 PT5 realmente una «miniluna»?
La astrónoma Jenifer Millard, en entrevista con la BBC, explicó que este asteroide ha sido capturado temporalmente por la gravedad de la Tierra, lo cual lo convierte en una suerte de acompañante pasajero de nuestro planeta. «Permanece en nuestra órbita durante unos meses y luego sigue su camino alrededor del sol», comentó Millard.
Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo con el término «miniluna». Davide Farnocchia, ingeniero de navegación del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, considera que describir al 2024 PT5 como una miniluna es incorrecto. En sus propias palabras, «Este asteroide está muy lejos de la Tierra«, lo cual evita que se cumplan ciertas condiciones necesarias para definirlo como un satélite del planeta.
Según Farnocchia, existen dos factores principales que determinan si un objeto puede ser considerado una «luna» de la Tierra:
- La distancia a la Tierra: La gravedad de nuestro planeta debe ser la fuerza dominante que determine el movimiento del objeto. La esfera de influencia gravitacional de la Tierra se extiende hasta unas cuatro distancias lunares, es decir, 1,5 millones de kilómetros. El 2024 PT5, sin embargo, pasará a nueve distancias lunares, quedando fuera de esta zona de influencia.
- La energía del objeto: La energía orbital de la Luna es negativa, lo cual significa que no posee la suficiente velocidad como para alejarse de la Tierra. En el caso del asteroide, su energía en relación con nuestro planeta también es negativa, pero no se encuentra lo suficientemente cerca para ser capturado y empezar a orbitar como lo hace la Luna.
«El asteroide se mueve alrededor del Sol y está cerca de la Tierra, pero no lo suficiente para ser capturado definitivamente como una luna», explicó Farnocchia, enfatizando la diferencia entre ambos cuerpos.
¿Podrá verse el asteroide 2024 PT5 desde la Tierra?
A pesar de la expectación que puede generar la llegada de este asteroide, 2024 PT5 no podrá ser observado a simple vista. De hecho, incluso los telescopios que utilizan los aficionados a la astronomía no podrán captar su presencia. Solo los telescopios profesionales en centros de investigación astronómica tendrán la capacidad de seguir el viaje del asteroide.
Con un tamaño estimado de entre ocho y 18 metros de largo (similar al de un autobús), 2024 PT5 es, por decirlo de alguna manera, un visitante discreto. Sin embargo, su presencia ofrecerá una oportunidad valiosa para que los astrónomos estudien de cerca su comportamiento y características.
¿Existe algún riesgo para la Tierra?
No hay de qué preocuparse. Según Farnocchia, «El asteroide no tendrá ningún efecto sobre los satélites o la Tierra«, lo cual descarta cualquier tipo de riesgo asociado a su paso. Durante el tiempo que estará en nuestra órbita, los científicos podrán recopilar datos adicionales sobre su trayectoria y composición, pero para el resto de nosotros, la «miniluna» será un fenómeno imperceptible.
En comparación, hay otro asteroide que sí promete ser visible a simple vista: Apofis, que se espera pase cerca de nuestro planeta el 13 de abril de 2029.
Un sistema solar lleno de sorpresas
El descubrimiento del asteroide 2024 PT5 apenas el pasado agosto demuestra lo abarrotado y dinámico que es nuestro Sistema Solar. «Conocemos unos 34.000 asteroides en nuestro vecindario, pero hay cientos de miles más por descubrir», afirmó Millard. Este hallazgo refuerza la importancia de vigilar y observar el espacio, no solo para ampliar nuestro conocimiento, sino también para anticiparnos a cualquier posible amenaza.
La presencia temporal de una «miniluna» puede no ser algo tan extraordinario como parece, pero cada nuevo asteroide nos ofrece la posibilidad de seguir aprendiendo y explorando los confines de nuestro entorno espacial.
