Un estudiante español que lleva desde agosto viviendo en Suiza ha compartido su frustración en redes sociales, revelando una sorprendente diferencia entre las expectativas y la realidad de la vida en uno de los países considerados más felices del mundo.
Su experiencia ha dado mucho de qué hablar, pues plantea una pregunta inquietante: ¿es la felicidad en Suiza tan evidente como se muestra en los rankings globales?
Un país que lidera los índices de felicidad, pero…
Suiza es conocida por encabezar los listados de los países más felices del planeta. Sin embargo, la experiencia de este joven estudiante de intercambio, que se ha vuelto viral en TikTok, muestra una perspectiva distinta. A pesar de la reputación del país, su convivencia con los estudiantes locales ha sido todo menos placentera. “Son unos amargados”, expresó sin rodeos en su video, criticando la actitud de sus compañeros de clase.
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“El profesor hace una pregunta y nadie dice nada, ¡hablad, comunicaos!”, se quejaba el joven, resaltando la falta de interacción en el aula. Según su testimonio, los alumnos suizos prefieren el silencio absoluto, incluso en los momentos de descanso. “En esos 40 minutos de clase, no hablan entre ellos. Y no es que necesiten hablar todo el tiempo, pero, ¿dónde está la diversión? Un poco de alegría en la vida”, reflexionó con frustración.
La barrera social: ¿indiferencia o cultura?
El estudiante ha descrito su experiencia en Suiza como una confrontación con una realidad fría y distante. A pesar de encontrarse en uno de los países más avanzados y felices, percibe una falta de comunicación y conexión entre los jóvenes. Durante los recreos, en lugar de entablar conversaciones, los estudiantes prefieren distraerse con sus teléfonos móviles. Este comportamiento ha chocado fuertemente con el joven, que esperaba un ambiente más social.
«La desconexión es brutal, no hablan ni en los descansos. Es como si la felicidad estuviera ausente en los pequeños detalles cotidianos,» compartió. Este aislamiento no solo lo ha sorprendido en el aula, sino también fuera de ella.
Un ‘botellón’ muy suizo: alcohol en el bosque, pero sin alegría
Otra de las grandes diferencias que ha notado el estudiante es cómo los jóvenes suizos pasan sus fines de semana. A diferencia de los típicos “botellones” en España, donde la música y la diversión predominan, en Suiza la dinámica es muy diferente. Los jóvenes se reúnen en el bosque para beber alcohol, pero según el estudiante, lo hacen de una manera muy peculiar: «Se colocan en círculo, como si fuese un ritual, pero sin la diversión que uno espera en estas situaciones.»
Para él, este comportamiento refleja una falta de espontaneidad y alegría que contrasta fuertemente con lo que está acostumbrado en su país de origen. “Es como un botellón, pero amargado”, concluye, remarcando la diferencia entre lo que esperaba encontrar en un país tan altamente valorado y lo que ha vivido desde su llegada.
¿Es Suiza tan feliz como parece?
El testimonio del joven ha puesto en duda los estereotipos sobre la felicidad en Suiza. Aunque el país goza de una excelente calidad de vida, un sistema educativo de primer nivel y paisajes espectaculares, la experiencia personal de quienes llegan desde fuera puede ser muy diferente. Esta discrepancia podría deberse a diferencias culturales, pero también abre un debate sobre qué es la verdadera felicidad y cómo se percibe desde diferentes puntos de vista.
«Es curioso cómo un país puede ser tan feliz en los rankings, pero tan distante en lo cotidiano. Quizá la felicidad está en otras cosas que no se ven desde fuera,» reflexionaba el joven en su video.
Este tipo de testimonios invita a replantearse si los indicadores globales de felicidad reflejan realmente la experiencia de todos los que viven en esos países. ¿Es la felicidad solo cuestión de estadísticas o depende más de las conexiones humanas y la calidez del entorno?